7 jul 2016

La wish list.

Hoy siete de julio de dos mil diez y seis hace veintiocho años que a mi madre le dio por ponerse de parto a eso de las cinco de la tarde. Aparentemente me estaba ahogando con el cordón umbilical, o eso es lo que ella me ha contado, así que desde entonces -y a pesar de- tengo una querencia extraordinaria por esto de vivir. Qué cosas. 

Cualquiera que me conozca sabe que mi apego por lo material es casi inexistente, que valoro mucho más unas copas con amigos que un maletín de Loewe. Así pues, por si alguien se siente generoso hoy, voy a dejar una lista de las diez cosas que más me gustaría recibir, aun a sabiendas de que no me lee ningún jeque árabe que pueda dar rienda suelta a mis caprichos materiales e inmateriales confesables. Una especie de carta abierta a los Reyes Magos en pleno julio, vamos. Una wish list, que dirían los aficionados al uso de anglicismos como aplicar. Allá va:

1. Asistir a una representación de la Cavalleria Rusticana en el Teatro La Fenice de Venecia. 
2. Una primera edición, primera impresión A, de The catcher in the rye.
3. Una estilográfica Mont Blanc Meisterstück 149 platinado con mis iniciales grabadas. 
4. Ir al Pitti Uomo. 
5. Cenar en el Celler de Can Roca. También me vale comer, ojo. 
6. Ir a la Patagonia y visitar el Perito Moreno.
7. Asistir a un concierto de Frank Sinatra. Ya sé que es imposible, pero tampoco es que las demás sean demasiado realizables, así que…
8. Recorrer los Estados Unidos de América de este a oeste en un Mustang descapotable. 
9. Ser Doctor en Literatura Hispánica por la Universidad de Stanford. Esto no puede comprarlo el dinero, pero lo cambiaría por todo lo demás. 
10. Correr la maratón de Nueva York. Para esto necesito una rodilla derecha nueva, pero oye, por pedir que no quede. 

Si por casualidad hubiera algún familiar de Carlos Slim entre mis lectores (o el propio Carlos incluso), por favor, que no dude en ponerse en contacto conmigo a la mayor brevedad. Y si este no fuese el caso, que por otra parte considero altamente probable, pues nada, me conformo con el vinilo de Cold Fact de Rodriguez. Que es mucho más barato y además queda muy hípster.

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