25 mar 2021

No pasa nada.

Una cosa que he aprendido después de algunos años es que no pasa nada por equivocarse. Que es normal no acertar a la primera. Que está bien no saber exactamente qué es lo que quieres. Que dejar una carrera profesional tras años formándote no es el fin del mundo; hay vida más allá de un trabajo, especialmente si este no te llena. 

Algo que parece que está mal decir, sobre todo ahora que parecemos estar obligados a soñar siempre a lo grande, es que no pasa nada por no ser un genio. El común de los mortales no lo es y vive feliz siendo normal. Tu valor personal no depende de tu desempeño laboral, a pesar de que tener éxito en éste último resulte muy gratificante.
  
Yo estudié Derecho y me encantó. Después hice un máster para ampliar conocimientos y lo disfruté muchísimo. Tras seis años encontré el trabajo que siempre había querido y en menos de un año me di cuenta de que esa vida no era para mí. Y visto en perspectiva, casi 10 años después de dejarlo, no me arrepiento de haber colgado la toga. 

Podría pensar que todo fue tiempo perdido. Sin embargo, aquellos casi siete años dedicados a la abogacía, sin saberlo, me prepararon para mi siguiente destino profesional: la literatura. Mi formación legal me proporcionó una serie de habilidades analíticas que me han resultado muy útiles a la larga. 

Redefinir una carrera es difícil. Aceptar que aquello para lo que creías tener una vocación no es para ti, es complicado. Encontrar tu camino toma tiempo. A veces años. Que no te engañen, el verdadero éxito está en ser feliz. Si no te gusta lo que haces, aunque sea lo que siempre quisiste ser, prepárate y cambia. El fracaso es no intentarlo.

14 mar 2021

Cosas que no.

El sexo sin un proceso previo de seducción. Las faltas de estilo. Los olores estridentes. La gente que se queja de todo por sistema. Las relaciones forzadas. Los pantalones blancos. El fuera de juego. Las polillas. Los zapatos de punta. Dejar las luces encendidas. Los que se escaquean de sus obligaciones. Las canastas a tablero. Los tristes. Dormir con calor. La ausencia de clase. El invierno. La miserabilidad. Los envidiosos. Caminar descalzo por casa. Las corbatas finitas. La Nordic Mist. Encontrarme un párrafo excesivamente largo en un libro. Dar con una rodaja de limón en el gintónic. Los trajes demasiado grandes. Los hombres que se tiñen el pelo. La gente que no sabe envejecer. Los cretinos. Las alturas. La faja de los libros. Los que se creen muy importantes. El transcurso del tiempo. Las disculpas insinceras. Aquellos que lo politizan todo siempre. Hacer la cama. Dormir en una cama deshecha. El olor a tabaco. Los que no tienen sentido de la estética. Las camisas moradas. Los que siempre se la cogen con papel de fumar. La gente que lleva un carro lleno y no te deja pasar en la cola del supermercado aunque vea que sólo tienes dos cosas. El lenguaje inclusivo. Los cotillas. La falta de rigor. Los pendientes de aro grandes. Los trajes con brillo. La gente que no come de todo. El pelo sucio. Los que dan su opinión sin que se la pidan. Aquellos que buscan el aplauso constante de los demás. El postureo intelectual. Los que no saben la diferencia entre ay, ahí y hay. Las presentaciones muy largas. Los profesores que se limitan a leer powerpoints en sus clases. La titulitis. La falta de empatía. La gente que apaga las colillas en el suelo. El café malo. Los traidores. La palabra problematizar. Lavar el coche. Los attention seekers. Las reuniones de trabajo los viernes por la tarde. La impaciencia. La gente moñas. Las personas desagradecidas. Las uñas exageradamente largas. Los meapilas. Los que se creen en posesión de la verdad. Los resignados. La gente que se refiere a sus mascotas como si fueran sus hijos. Las piscinas vacías. Los que dan la mano blanda. Llevar sucios los cristales de las gafas. Las fotos pixeladas. La moqueta. La falta de educación. Las copas muy cargadas. Los sitios pretenciosos. El exceso de ruido. La gente que no tiene dignidad. Los que juzgan sin saber. Que suene el despertador y que lo haga siempre en el mejor momento del sueño.

9 mar 2021

Pequeñas alegrías.

El primer café del sábado. Dormir con la ventana abierta en primavera. El olor a mar. Subirse a un avión. Llegar a casa borracho una noche de agosto. Hacer un arroz negro. Madrugar. Un primer beso. Salir a tomar algo, liarte y regresar a casa al día siguiente. Cambiar de canal y encontrar tu película favorita. El pelo enmarañado. Lo que viene antes del pelo enmarañado. Descorchar una botella de champán. Entrar en unos pantalones en los que hace tiempo no cabías. Hacer un regalo a conciencia. Un gofre con chocolate. Volver a hablar con alguien a quien diste por perdido para siempre. Ir a Roma. Aparcar a la primera. Enviar una postal. Que no se te peguen las tortitas. Estrenar camisa. Encontrar un libro bonito en un puesto de viejo. Las primeras fresas. Regalar flores. Pasear por el Retiro. Descolgar el teléfono y escuchar la voz de tu madre. Abrir un ojo a media noche y darte cuenta de que aún faltan horas para el despertador. Un gintónic bien hecho. Un olor familiar. Regresar a España y plantarte en casa de tus padres por sorpresa. Adoptar un cachorro. Saberte la respuesta a una pregunta del Trivial. Leer un libro y darte cuenta en la tercera página de que no quieres que se acabe. Sentirte turista en tu propia ciudad. Pedir un perdón sincero. Descubrir una canción y sentir que nunca ninguna otra podrá ser mejor que esa. Ir a Nueva York un finde y que al volver ya sea fin de mes aunque estemos a primeros. Levantarse una mañana con el guapo subido. Ver nevar detrás de la ventana. El primer día sin calcetines después del invierno. Cerrar un bar. Y otro. Que a alguien le guste lo que escribes. Un croissant de mantequilla recién hecho. Recordar un nombre que tenías en la punta de la lengua. Que te salgan las cuentas. La ropa planchada. Escribir la tilde de sólo. Y de guión. El primer trago de cerveza. Recibir una carta manuscrita, aunque no sea de amor. Estampar un libro con tu ex libris. El olor del pan recién horneado. Sacar un cinco doble a la primera en el parchís. Tomar una decisión después de un tiempo dándole vueltas a algo. Un corte de pelo y un arreglo de barba de tu peluquera de confianza. Un día de sol después de muchos días grises. Volver a casa después de un año y medio fuera. Visitar Granada. Que te diga que sí, que se casa contigo.