Según un estudio
reciente de la Universidad de Wisconsin, un grupo de científicos ha llegado a
la conclusión de que es imposible determinar con exactitud a partir de qué café
un hombre y una mujer pasan automáticamente a convertirse en amigos. El
estudio, que ha tomado como referencia el comportamiento de una población
equivalente a la ciudad de Madrid, sostiene que entre café y café, vaya usted a
saber por qué, se llega a un punto de no retorno imaginario, a partir del cual
el hombre comienza a emitir hormonas de amistad que son percibidas al instante
por la mujer. A falta de resultados concluyentes, se está estudiando si otro
tipo de bebidas como el té o el gintónic producen el mismo efecto. Por su
parte, el jefe del equipo de investigación ha manifestado que inició el estudio
“harto de convertirse en amigo”, y ha propuesto que, a partir de ahora, los
sobres de azúcar incluyan –al igual que ya lo hacen los paquetes de tabaco- un
anuncio en el que diga: “A partir de este café, os estáis haciendo amigos”.