El cuento es muy
sencillo, que diría Benedetti. Tan sencillo como caminar con los ojos abiertos.
Tan abiertos como para reconocer algo bueno cuando aparece. Tan bueno como para
intentar ser valiente –que no es poco-. Tan valiente como para cometer más de
una locura hasta conseguirlo. Tan locura como para hacer lo que haga falta para
mantenerlo –si es que algún día se consigue-. Tan lo que haga falta como acompañar
con hechos las palabras. Tan los hechos, que a veces simplemente sobren las palabras.
28 mar 2015
12 mar 2015
Walking around.
Está nublado y es doce. Sentado en la sala de espera de la puerta B1 de un aeropuerto que bien podría ser el de cualquier lugar. Esperando un avión que conecte con otro un poco más al norte para viajar en el futuro 6 horas. Ligero de equipaje, sólo llevo un puñado de canciones y camisas. Y cuatro pares de gafas. Y un jersey gris como el día. Y una libreta donde a veces no apunto fechas que sé que recordaré. Y un nosequé.
Podría ser otro día, pero es jueves. Y estoy, de momento, casi camino de Filadelfia.
8 mar 2015
Mi yo más enrevesado.
A veces escucho
en algún sitio aquello de “cualquier tiempo pasado fue mejor”, y la verdad es
que en mi caso, creo que no es así. No
reniego en absoluto de aquel yo con el que otrora compartí cuerpo, pero es
cierto que ese yo no se acerca ni de lejos al yo que poco a poco proyecto
mentalmente de mí mismo en el futuro –que se parece más a mi este yo de ahora-.
Un concepto tan simple como el de evolución, que aplicado a mi yo aquel, ha
dado con este yo actual –mi favorito hasta ahora, por cierto-.
Un mismo cuerpo
que no siempre fue igual, y una misma forma de ver las cosas que afortunadamente
fue cambiando con el tiempo. Y siempre a mejor. Un nuevo yo, más parecido al de
ahora, que no se reconoce en su yo aquel, aquel que también creyó ser mejor que
su yo anterior. Este yo –el de ahora- es un poco más consciente de sus propios
errores (no tanto de sus aciertos), y un poco más tranquilo que ese otro yo que
tiempo ha movía mis mismas piernas. Sin duda menos miedoso, y bastante más
decidido. Más valiente y menos ingenuo. Más yo de ahora, éste.
Este yo, que es
tan mí, y que escribe sobre sí mismo en tercera persona, pero que es mucho
menos egocéntrico que aquel otro yo que fue. Este yo, que se sienta de vez en
cuando a hacer introspección y valorar el cambio que ha sufrido. Que cree firmemente
que su mejor yo está por llegar aún, y que siendo este yo, aún no es demasiado
aquel yo que será. El yo futuro que quiere ser, y que cada día tengo más claro
será. Ese yo tan mío, que antes o después, ya en primera persona, acabaré
siendo.
3 mar 2015
Futurología de casi madrugada de martes.
Hoy es lunes y
dos, principio de marzo y gris. Víspera de mañana martes y antevíspera de un
miércoles cualquiera, como quien no dice. Ni rastro ha habido del sol, que ni
está, ni estuvo, ni a estas horas se le espera.
Mañana es martes
y tres, principio de marzo y quién sabe, si acaso asomará la primavera. O no.
Si será de nuevo gris o un poco menos. Si la vida traerá decepción, quizás
susto, o tal vez sólo otro día. Si será martes y tres, principio de marzo y
gris.
O si sólo será
martes. O antevíspera de jueves.
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