10 de octubre de 2013.
"No quiero ir al templo de Debod
ni caminar contigo de la mano por Madrid. No quiero mostaza, si no es de Dijon;
ni café con leche con un único sobre de azúcar (y sin un vaso de agua). No
quiero echar un queso que no pegue a la hamburguesa. Ni comérmela sin ti.
No quiero pizzas con queso de
cabra y mermelada de tomate. Ni sushi, ni sashimi. Ni salsa de soja. Ni quiero
seguir teniendo la sensación de haberte dejado escapar. Ni seguir preguntándome
qué habrá sido de ti.
No quiero girar una esquina en
Madrid con el miedo de encontrarte al doblarla. Ni confundir de espaldas a
cualquiera que se te parezca.
No quiero viajar a París, si te
apetece reservarlo para alguien especial. No lo necesito. No quiero que me des
explicaciones, ni quiero compromisos más allá de mañana. No me hagas firmar un
bono semanal si vas a dejarme al tercer día.
No quiero que dejes de hacer
cosas por mí en la medida que sigas queriendo hacerlas. No necesito que me
escribas cada día si no te apetece. No quiero.
Pero de vez en cuando me gustaría
saber algo de ti. Que estás bien. Que te siguen dando miedo las arañas (y asco
las polillas). Que sigues escuchando buena música, y soñando con aquel bolso de
Chanel.
Y todo porque esta mañana al
pasar por Alonso Martínez me pareció verte saliendo del metro."
No hay comentarios:
Publicar un comentario