8 may 2022

Vivir y recordar.

Una cosa que a menudo me chirría es esta obsesión reciente por inmortalizar el momento. El estar más pendiente de grabarlo que de vivirlo y acabar renunciando al directo para poder almacenar el diferido por una eternidad perecedera, como si hubiera algo de mágico en revivir algo que está pensado para ser consumido en el acto. Creo que fue Jabois quien contaba cómo un amigo suyo, en una reunión de colegas, había abogado por no hacer fotografías precisamente para que cada uno pudiera recordar ese momento a su manera. Y tenía razón. Por muy evocadora que sea una foto, su recuerdo jamás podrá sustituir al sentimiento que reinaba cuando aquella se tomó. No hay stories de Instagram que capture la verdadera esencia de un reencuentro con amigos. 

Con el amor pasa un poco igual. Hay gente que vive tan ofuscada con compartir su vida que al final se acaba olvidando de vivirla. Personas obsesionadas con decirle al mundo que están enamoradas, como si aquello fuese un requisito sine qua non, una condición constitutiva sin la cual en realidad no existe relación. Son, eso sí, los mismos que se abalanzan prestos a borrar cualquier recuerdo de un pasado en apariencia inexistente cuando aquello se acaba, confirmándole al mundo que donde hubo digo ya no hay Diego, como si sus cuentas fuesen el ¡HOLA! y sus vidas el embarazo de Chabeli. 

Algo que además se olvida con frecuencia es que, además, no todo es digno de ser inmortalizado o compartido. No todos los instantes que se graban con el móvil merecen tener un hueco en el rincón reservado a la posteridad. Y no todas las cosas que se comparten en redes sociales son siempre meritorias de difusión. Tal vez estaría bien que el teléfono preguntara, antes de grabar algo, si esa foto es digna de gastar una bala en un carrete y si realmente ese momento merece besar en los labios al futuro. Que nos recordase que lo que se ve en pantalla, aunque sea un vídeo que grabamos en directo, no es la vida real.

Es fácil: o vivir y recordar, o recordar sin vivir. Tú eliges. 


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