15 feb 2016

Buenas noches, Madrid.



Te miro discreta, Madrid, como quien te quiere despacio. Lejana y absurda, envuelta en interrogantes, disfrazada de madrugadas eternas y vacías; vistiéndote deprisa. Abandonada a la suerte de algún postor que mejore tu apuesta, que te llene de vida efímera e inmortal. Te miro, Madrid, y me entran ganas de robar pasos de cebra en tu Gran Vía, de sacudir tu M40 de esa atmósfera de polvo. Incorruptible y maldita, esta noche te estoy soñando, Madrid, más mía que antaño, y más cerca que ayer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario