La cuenta atrás
es aquello que se activa y que se para en el mismo instante que el avión despega
sobre el cielo de Madrid. Es eso que se reactiva y comienza a avanzar en el momento
en el que compro otro billete para volver a surcar la capital. Es mi calendario
tachado en rojo cada día. El mecanismo que, cuanto más cerca está el momento de
volar con rumbo a ti, más despacio hace girar el engranaje. El contador de
días, horas, minutos y segundos hasta poder robarte de nuevo –con suerte- días,
horas, minutos y segundos. Es el resultado del “cuando la justicia es la causa, todo encaja”. El fruto de la ilusión que produce la ilusión de quien recibe aquello que mi imaginación
permite dibujar.
La cuenta atrás,
lenta pero constante, es al fin y al cabo lo de menos. Lo de más, es justo lo
que viene después del último minuto. El primer segundo ya contigo.
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