Conozca usted a
una chica e invítele a una copa de Rioja. O tres. Pasados diez minutos, dígale
lo guapa que la encuentra, o al menos piénselo. Descifre su sonrisa, y beban
otra copa si es preciso. Sea valiente. Sucumba a sus sobornos de saliva.
Acompáñele a la puerta de su casa, y despídale siempre con un hasta mañana.
Cometa una locura inconfesable de su brazo con su complicidad. Haga fotos.
Guárdelas. Sea discreto. Piense en ella y hágaselo saber. Dele espacio. Prepare
un plan para ser recordado. Llévelo a cabo y espere. Entonces, ya está usted
listo para luchar contra el olvido.
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