4 dic 2017

Media reflexión.

No necesito tanto, si acaso un puente que una dos orillas, o una catapulta que me lance al otro lado los viernes y me devuelva a éste los domingos. No pido apenas nada, tal vez días un poco más largos y un impulso, quizás, que devuelva mis gafas a su sitio si resbalan. Tampoco imploro que la suerte me dé nada que no crea merecer; una dosis de ganas cuando faltan, de sueño cuando sobran. De vida. Pero sugiero, eso sí, acabar con las horas muertas. Con las casualidades disfrazadas de destino. Con las tardes de los miércoles alternos de septiembre. Con las páginas impares de los libros grises. Con la lluvia si no acaba de caer. Con el blanco y negro. Con la línea recta y con los pesimistas. Pero, sobre todo, con los domingos por la noche.

1 comentario:

  1. Un placer leerte, como siempre! Acabo de ver tu comentario. Tendrás novela en castellano "Ni un gramo" en enero del 2018. Te aviso. Y un honor tenerte como lector!

    Saludos,
    Jèssica

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